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Y si me falta la voz, yo te alabo con mi manos.


Hace tiempo atrás tuvimos la oportunidad de compartir con los niños de Manos Felices y Manos de Amor en celebración del Día del Niño. Por más que dijera como trabajamos y lo que Dios mando para compartir con ellos, quienes más recibimos fuimos nosotros. Lo que Dios mando a través de cada niño es algo valioso que hay en nuestros corazones.

Esos dos días fueron de tanta bendición. Miren que la idea al principio comenzó solamente comenzó en un grupo de niños. Pero Dios nos sorprendió y triplico lo que nuestros planes habían puesto en sus manos. La bendición vino en ofrendas de todos lados. Regalos, confites, piñatas, pasteles y una rica hamburguesa que disfrutamos porque así nos consintió Papa Dios.

Quizás lo que no sepan, que dentro de estos hermosos y perfectos niños que estaban con nosotros. Estaba mi hermanita, María Fernanda. Ella es la menor de nosotros. Es la tercera, que se vino cuando menos pensábamos. La pitufa, la misinga, la monita o Mafe simplemente.

Hablar sobre la vida de ella es algo misterioso. Mi mama decía que ella solo varones quería, pero ahora da gracias a Dios por la niña que le dio. Al nacer prematuramente tuvo que luchar con problemas del corazón. Un medico dijo, que si su corazón no era operado. Su probabilidad de vida era hasta los 10 años. Hace un mes cumplió 18 años, la más chiquita de la casa.

Ella formaba parte del grupo de niños de la Escuela para niños sordos Manos Felices. Al convivir con ellos. Ver la forman que oran, como alaban y sobre todo como dan gracias a Dios. Me recuerda a la canción que de niño cantaba.

"Yo te alabo de corazón, yo te alabo con mi voz. Y si me falta la voz, yo te alabo con las Manos. Y si me faltan las Manos, yo te alabo con los pies. Y si me faltan los pies, yo te alabo con el alma. Y si me faltara el alma, es que ya me fui con El."

He visto a mi hermanita desarrollarse y que nunca su condición fue freno para alcanzar sus metas. He visto también que no tiene freno en poder dirigirse hacia Dios. Es que con esto que recuerdo mis primeros días en que Jesús me transformo. Después de un retiro donde en sus brazos caí conquistado. Sin embargo, yo buscaba a Jesús agradecido y por primera vez no encontraba formar de hablar con Él.

Es que es una realidad, que por mucha capacidad de comunicación que tenga. Faltaron palabras para poder expresar lo que sentía cuando estaba de rodillas. Ser sincero y genuino, al decir que ni siquiera sabia como decirle y que agradecía por ese amor que me dio.

Me sorprendió mucho cuando me dieron la misión de formar equipos de oración. En enseñar como hablar con Dios. ¿Por qué una función tan simple, se nos complica tanto? La verdad no tengo una respuesta clara sobre esto.

Lo que, si puedo decir que doy gracias a Dios, porque la manera que alcanzo mi vida fue a través de los ministerios de jóvenes. Al llegar a estos grupos, me di cuenta de mi equivocada forma de ver, vivir y convivir con nuestro Señor. El primer día que llegue al grupo de jóvenes, me enseñaron que teníamos un Dios de imposibles y que bastaba creerle para saber que estaba hecho el milagro.

Aprendí con estos jóvenes que Dios era nuestro papa, nuestro proveedor, nuestro protector, la roca firme de nuestra salvación. A ver a Jesús como mi amigo, mi hermano, mi salvador, el redentor de mi vida y a la persona del Espíritu Santo, quien es que me da fuerzas para seguir adelante, el abrigo que me guarda, la voz de mi consejo y quien llama mi atención para corregir lo mal hecho.

Creo que el problema que, nuestra comunicación con nuestro Padre se debe en la forma en que lo vemos. Al reconocer que ellos están cerca para escucharme. La forma en que puedo hablar con ellos se volvió espontanea y sincera, como lo hace un niño con su papa.

Mi Padre, el Dios de los imposibles. Ha cambiado mi vida y la de mi familia. Hace 15 años atrás alguien nos dijo que MaFe apenas iba a poder alcanzar el sexto grado, hoy por hoy Dios ha iluminado tanto la vida de mi hermana. Que se desarrolla en un colegio normal, en donde ella brilla con luz propia. Pues Dios ha dispuesto que sea una estudiante de excelencia.

En ella aprendí, que si me faltan las palabras para poder agradecer sobrara mucho corazón para hacerle sentir a Dios que lo amo. Si me falta el corazón y el alma, pues ya gozare de Él.

#Mujer #hermana #Jesús

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