
En una de las salidas que hice con mi esposa hace poco, me puse a observar a las parejas que íbamos encontrando en el camino y me llamaba la atención algo que yo y ustedes en algún momento hemos hecho o hemos caído, que es el uso del celular o el silencio en parejas, ese momento en que uno no sabe que hablar. Nos casamos y comenzamos un matrimonio con ilusión, con anhelo, pero en muchas ocasiones terminan sin hablarse, estando a un paso de empezar la soledad entre dos.
En los noviazgos son horas por teléfono ahora por whatsapp en las noches. Pero porque ese nivel de comunicación o felicidad solo es al principio, tenemos que mantener ese nivel de felicidad, intimidad y alegría durante todo el matrimonio. Nos es fácil, pero si es una bendición.
El silencio en el matrimonio deteriora la relación y es el inicio de la distancia, de los malos entendidos, entre otras cosas. Proverbios nos dice: los labios justos saben hablar lo que agrada. Los matrimonios viven en la misma casa, pero muchos no están teniendo una relación, cabe aclarar que una relación no es estar íntimos en la cama por la noche. Una relación siempre tiene que haber una conexión del alma, la mente, las emociones, el cuerpo, y espiritualmente debe ser algo global y total.
Siempre me ha gustado escuchar las historias de los matrimonios que llegan a 30, 40 o 50 años de casados, idea que va desapareciendo en estos tiempos, ya que los matrimonios nuevos duran 1 o 2 años casados son cada vez más frecuentes.
¿Qué pasa?... En una era en donde se pueden comunicar por cualquier lado, es la era en donde menos comunicación hay con la pareja. Según algunos estudios en los últimos años una de las principales causas de divorcio no es la infidelidad o lo económico si no el sentimiento de soledad en la pareja; la soledad entra, y es porque entró la distancia, entra el silencio.
Matrimonios, si ustedes en algún momento están en soledad o empiezan a sentirse solos estando con su pareja, los invito a que juntos peleen por sacar a ese enemigo de sus vidas. Aprovechen los tiempos juntos y empiecen a recordar de lo que hacían cuando eran novios, en sus primeros años de matrimonio, salgan o apártense en otra área de su casa, sin celulares, siéntense en el patio agarrados de la mano compartiendo una comida, lean la biblia, oren y empiecen a platicar y conectarse nuevamente, continúe las cortesías propias del noviazgo durante la vida de casados.
No descuiden los detalles y los pequeños momentos que puedan usar para animarse el uno al otro y para platicar de cualquier cosa, así como en el noviazgo que de cualquier tontería uno se reía. Sorpréndanse mutuamente con pequeños regalos. Si se le da una oportunidad a la comunicación, la soledad se va y el amor siempre triunfa.