
Por muy común que parezca el tema, muchos de los divorcios que hay es por la falta del conocimiento del propósito de Dios para el matrimonio.
Un propósito es el porqué de algo único que Dios nos da, una tarea especifica que da sentido a lo que hacemos y este se convierte en una brújula moral y motivacional de nuestras acciones, decisiones y sacrificios. Cuando conocemos para que nos casamos, entendemos cuales o cual es el propósito, tenemos más claro el lineamiento de nuestro matrimonio, tenemos una estabilidad que genera el sello único que Dios quiere para nosotros.
Después de que Dios creó a Adán y lo colocó en el jardín del Edén, dijo: "Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él." (Génesis 2:18)
Justamente acá encontramos cual es el propósito de Dios al crear el matrimonio, y el cual se resume en: Compañerismo. Un concepto muy común y simple que lo olvidamos. El término compañero etimológicamente procede del latín ‘cumpanis’, cuya traducción literal es ‘con pan’ dándole el significado de ‘compartiendo el pan’ o ‘los que comparten el pan’, ‘comer de un mismo pan’.
Para poder llegar a conocer el propósito de Dios en nuestro matrimonio tenemos que:
- Que el matrimonio refleje la imagen de Dios.
Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó” (Génesis 1:27)
El primer propósito de Dios de crear hombre y mujer y unirlos en matrimonio fue para reflejar su imagen en el planeta tierra. Debemos tener matrimonios fuertes, proveedores, protectores, amorosos, consoladores y sanadores que en la situación que estén no pierdan ese reflejo.
- Compromiso.
Hombre deja a su padre y a su madre, y se une a su esposa, y los dos se convierten en uno solo. Genesis 2:24
El matrimonio es una institución creada y ordenada por Dios, destinada a apoyar a las personas en una relación y fortalecerlas para cumplir con sus roles. El compromiso es el ancla que le dé estabilidad a la relación.
Es el momento de fortalecer su compromiso. ¿Cómo puede lograrlo?, Practicando plenamente dos palabras en su relación: Complemento y exclusividad.
Cuando hablamos de complemento tenemos que ser claros que las parejas de esposos están conformadas por dos personas que se atrajeron inicialmente a pesar de algunas diferencias manifiestas como ser temperamentos, carácter, maneras de resolver las cosas, contextos familiares diferentes pero que resuelven su vida diaria de manera sincronizada. Entre el esposo y la esposa debe haber complemento, no competencia. Si uno gana, ganan ambos; si uno pierde, perderán los dos. Y al hablar de exclusividad, es algo que todos sabemos, nuestra pareja es única para todo, dentro del matrimonio no hay espacio para una persona más. Su cónyuge al momento de casarse se convierte en una segunda prioridad solo debajo de Dios Padre, usted tiene que darle la importancia debida a ella o el por encima de los familiares, amigos, trabajo, hobbies, etc.
- Multiplicar el legado de Dios.
Luego Dios los bendijo con las siguientes palabras: «Sean fructíferos y multiplíquense. Llenen la tierra y gobiernen sobre ella. Reinen sobre los peces del mar, las aves del cielo y todos los animales que corren por el suelo. Genesis 1:28
Una línea de descendientes cristianos, en este caso sus hijos, llevaran un reflejo del carácter de Dios a la siguiente generación. Los planes originales de Dios llaman a que los hogares sean una clase de invernadero, un lugar acogedor en donde los niños crezcan aprendiendo principios morales, valores humanos e integridad. Hay que impartir a ellos la importancia de dejar un legado espiritual de vidas cambiadas.
Eche un vistazo a su familia, tal vez su opinión sobre el compromiso esté marcada por la relación que hubo entre sus padres, lo que les pasó a ellos no tiene por qué pasar en su matrimonio. Ustedes no tienen por qué repetir la misma historia.
Para finalizar unos consejos:
Cuide sus palabras. En medio de una discusión acalorada, no diga cosas como “¡Te voy a dejar!” o “¡Me voy a ir con alguien que me quiera y me comprenda!”. Más tarde se arrepentirá de haberlo dicho, porque esos comentarios debilitan la relación.
Exprese abiertamente su lealtad. Tenga una foto de su cónyuge en su lugar de trabajo. Si sale de viaje, llámelo todos los días. Hable bien de su matrimonio. No olvide que son un equipo y acostúmbrese a hablar de “nosotros”.
Busque buenos ejemplos. Fíjese en matrimonios de muchos años que han sabido solucionar sus problemas. Pregúnteles: “¿Cómo han hecho para no dejar de quererse? ¿Qué les ha ayudado a cumplir con su compromiso?”. La Biblia dice: “El hierro se afila con hierro, y el ser humano aprende de sus semejantes” Proverbios 27:17
Recuerde que un matrimonio diseñado por Dios se forma por hombre y mujer, unidos en amor, cuidándose cuanto puedan, anhelando estar cerca del uno del otro en todo tiempo, teniendo confianza, respeto pleno y con una comunicación completamente abierta para siempre estar fortalecidos en las buenas y malas.