
El matrimonio se basa en el amor y comienza con la “Promesa” entre conyugues que están representados en los VOTOS MATRIMONIALES, los que se dan el uno al otro como compromiso en ACUERDO:
“Yo, te tomo a ti, como mi legítimo(a) esposo(a), para que los dos seamos uno sólo desde este día en adelante, para bien o para mal, en riqueza o en pobreza, en prosperidad o en adversidad, para cuidarte y amarte hasta que la muerte nos separe”
Esta promesa lleva el espíritu de honrar a su conyugue, que es el respeto y la buena opinión que se tenga de esa persona indistintamente de las circunstancias. Es ese amor que se prometen da parte a la sensibilidad de la pareja, al respeto y honra entre ellos. Cuando se pierde el respeto, se fragmenta la honra y va debilitando ese amor, esto es muy frecuente cuando la relación con Dios no está en el centro del matrimonio.
La única forma de volver a tener esa honra entre conyugues es restablecer la relación con Dios y colocarlo en el centro del Matrimonio!. Esto permite cumplir con el propósito del Matrimonio que es el reflejar a Dios para nuestro conyugue y cumplir lo que nos dice Gen 1-28: “sean fructíferos y multiplíquense..:” esto es dar frutos y los primeros que debemos dar son los del Espíritu Santo, para ello Dios establece la equidad en la pareja, más que la igualdad puesto no solo se trata de derechos y obligaciones, sino de la justicia en igualdad de condiciones sin tener mas o menos uno y otro. Dios es equitativo en lo que da a cada conyugue para que cumplan sus roles, entiéndase que estos NO SON ACTIVIDADES que se dividen entre si, son todo aquello que Dios nos manda a cumplir de acuerdo a nuestras cualidades y aptitudes teniendo su identidad.
Estos roles deben cumplirse en mutuo ACUERDO, para lo cual Efesios 5 21-33 nos dicta que el varón debe ser como Jesucristo quien amó a la Iglesia se entregó por ella!. La mejor forma de poder ver que debe hacer el esposo en el matrimonio es ver lo que hizo Jesús por su Iglesia y la mejor forma de ver que debe hacer la mujer es ver lo que la Iglesia es para Jesucristo!. Todo esto en un principio, el sometimiento de uno y otro por Temor de Dios, no por sumisión sino comprendiendo el orden que Dios nos establece.
Los esposos deben cuidar a sus esposas y ser cabeza de hogar, lo que puede hacerse si tiene una relación intima con Dios y se somete a Jesucristo y es cuando la esposa debe someterse al hombre que esta sometido a Dios! Por sabiduría que viene de lo alto.
Proverbios 31 nos da a conocer los Roles de una mujer en el hogar, quien es la columna vertebral, ser y sentirse valorada, digna de confianza, procura el bienestar, no anda con malas influencias, no es holgazana, conoce el valor del dinero y del trabajo, vela por cada miembro de su familia, refrena la lengua y se gana el reconocimiento de su familia.
Entretanto, el varón corazón sincero y sencillo, proveedor de seguridad, estabilidad, espiritualidad, honestidad, liderazgo, sabio en sus palabras, valiente y esforzado en todo lo que hace, buscar a Dios constantemente, es una persona de Fe, luchar por su familia, ser sensible a su esposa, estar comprometido con su matrimonio, orar por su familia, ser un buen consejero y ve a sus hijos como lo ve Dios a él!
Estos son los ROLES que debe cumplirse en el Matrimonio cada conyugue de acuerdo a lo que Dios nos manda a ser! Todo esto es posible si primero se RESTAURA EL TEMOR A DIOS, en sabiduría, con respeto y honra, con el sometimiento mutuo por el propio amor que se profesa lo que lleva a este cumplimiento de sus ROLES, en ello hay plenitud.