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Comunicar y escuchar.



Uno de los temas más importantes y a la vez complicados dentro del matrimonio es la comunicación. Es muy importante como cónyuges el saber comunicar con paciencia, sabiduría, amor y verdad.


Ef. 4:29 No empleen un lenguaje grosero ni ofensivo. Que todo lo que digan sea bueno y útil, a fin de que sus palabras resulten de estímulo para quienes las oigan.

Tus palabras tienen el poder tanto para edificar y bendecir como para herir y destruir. En el matrimonio tenemos que evitar el criticar, lastimar o humillar a tu cónyuge con los comentarios que le hagas a él o a ella. La confianza crece y se construye con una buena comunicación. Lo que la pareja expresa y la forma en que lo que expresa viene de cómo está su corazón.


Uno de los componentes más importantes de la comunicación es escuchar con atención. A la medida que te esfuerzas por escuchar y entender a tu cónyuge, le estás comunicando respeto, honra y amor. Muchas veces la comunicación no se logra porque ya sea uno de los cónyuges o ambos intentan hablar sin haber tomado el tiempo para entender al otro.


En ocasiones nos pasa que cuando escuchamos a nuestro conyugue es para acusar, defendernos y tener la razón. Desde nuestros inicios hemos caído en buscar culpables, y cuando estamos en el proceso de construir una familia es fácil caer en la acusación. Algunas veces cuando nos equivócanos queremos defendernos o buscar tener la razón de una situación conflictiva. Y es triste que de repente caemos en este error, sin buscar resolver o entendernos de manera amigable.


Lucas 6:45“El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón presenta lo bueno; y el hombre malo, del mal tesoro de su corazón presenta lo malo. Porque de la abundancia del corazón habla la boca.”

Jesús nos recuerda que lo que decimos revela lo que hay en nuestro corazón. ¿Qué tipo de palabras salen de nuestra boca? Estas son una indicación de lo que nuestro corazón alberga.


Si no tenemos cuidado, poco a poco podemos permitir pequeñas situaciones donde se sueltan palabras que hieren y dando a conocer un lado nuestro que muchas veces la pareja no conocía.


1) Una de las estrategias para poder comunicar mejor en el matrimonio es hacerlo con Amor, sea cual sea la situación que estemos enfrentando, siempre veremos mejores resultados cuando expresemos con amor, en lugar de expresarnos para herir a nuestra pareja.


Prov. 15:1 La respuesta apacible desvía el enojo, pero las palabras ásperas encienden los ánimos.

Habla con palabras de bendición y edificación. Tus palabras deberán ser para animar y fortalecer a tu cónyuge y a todos los que te rodeen. Para que uno se comunique según el ejemplo de Cristo, deberá valorar más el bien de los demás que el salirse con la suya, siempre hagámoslo como nos gustaría ser tratados.


2) Otra de las estrategias efectivas es Aprender a escuchar, Aprender a enojarse. Que difícil se vuelve escuchar con paciencia y con rapidez a la vez en momentos puntuales que requiere de nuestra máxima atención. Es por ello por lo que es importante encontrar el momento adecuado para transmitir un mensaje importante.


Cuando hablamos demasiado y oímos poco, comunicamos a los demás que nuestras ideas son mucho más importantes que la de ellos. Santiago con sabiduría nos aconseja revertir ese proceso.


Stg 1:19 Mis amados hermanos, quiero que entiendan lo siguiente: todos ustedes deben ser rápidos para escuchar, lentos para hablar y lentos para enojarse

El poder de la comunicación es grande, tiene un gran impacto en la relación matrimonial y puede determinar la dirección de su matrimonio, fortaleciéndolo o debilitándolo.


3) Una última estrategia es hablar con la verdad en amor, la gente a menudo piensa que su deber es torcer la verdad para no herir. Es importante no dejar de pedirle a Dios que nos de las palabras correctas para que la verdad no dañe el corazón de nuestra pareja.


Prov. 24:26 Una respuesta sincera es como un beso amistoso.

Cuando un matrimonio es sano, los esposos hablan abierta y honestamente, pero no usan “la honestidad” como una excusa para “atacar” a su cónyuge ni para “descargar todo.”


A modo de conclusión para los esposos, hay que comunicarnos con honra, respeto y estima, tomando la iniciativa en la comunicación, siempre con una guía de Cristo en nuestro corazón y para las esposas comuniquen con amor y con profundidad, siendo siempre sinceras y con ternura.


No debemos olvidar que al tener una sanidad interior, la comunicación es de manera correcta. Haz que sea una prioridad el obtener una buena comunicación con tu cónyuge y dedica el tiempo que sea necesario para lograrla. Es muy fácil envolverse en todas las responsabilidades y obligaciones de la vida, tanto que se olvida la importancia de mantenerse en comunicación con el cónyuge.


Un elemento clave de la comunicación dentro del matrimonio es el comunicarse con Dios juntos. Esta disciplina los lleva a la intimidad espiritual y también hace que la relación individual de ambos con Dios sea más profunda. Es importante que encuentren un lugar tranquilo en el que puedan hablar, descansar y estar los dos a solas con Dios. Si desarrollan el hábito de comunicarse y orar juntos será más fácil seguir unidos.



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