El matrimonio es una institución creada por Dios, con fines únicos, que nos permite vivir una de las experiencias más significativas de la vida en donde dos personas prometen amarse y cuidarse mutuamente, y así cumplir uno de sus propósitos fundamentales que es el compañerismo.
Parece ilógico pero la mayor parte de los matrimonios que sufren distanciamientos y fracturas en su relación, es inicialmente porque menospreciaron este sencillo, pero fundamental principio.
El ser ese compañero fiel y leal, que mira las necesidades de su cónyuge como si fueran propias, que se ocupa de cubrir todas sus debilidades y no lo deja solo en momentos difíciles, el que apoya a su compañero a ser una mejor versión de sí mismo, y que entiende cuál es la tarea que Dios ha depositado en sus manos, hace
que ese matrimonio pase de un matrimonio normal a un matrimonio con propósito.
Basado en este concepto podemos enumerar 4 tipos de matrimonios:
El matrimonio común, ese que vivir juntos en algún momento, pero en el camino dejaron de ser prioridad el uno para el otro y son ahora son más evidentes sus diferencias que sus similitudes.
El matrimonio sano, no es perfecto, pero sabe manejar sus conflictos.
El matrimonio con propósito, que cumple con el principio bíblico de ser compañero.
El matrimonio que trasciende, para que un matrimonio trascienda debe cumplir con otro de los propósitos que Dios le asigno, el cual es la multiplicación.
Dios creó al hombre a imagen Suya, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. Dios los bendijo y les dijo: "Sean fecundos y multiplíquense. Llenen la tierra y sométanla” Gn 1:28-29
La forma de ser esposos es la que trascenderá a través de los hijos, un buen matrimonio puede inspirar a muchos; pero trascender, extender un legado que perdure, solo es posible por medio de sus hijos. Es en ellos que veremos reflejado el fruto de nuestros esfuerzos por tener un matrimonio según el plan de Dios.
Cuando se busca la voluntad de Dios en cada área del matrimonio veremos cimientos sólidos que serán la base de sobre la cual se construye una familia. Dios, amor, comunicación, intimidad y finanzas, son algunos de esos pilares que debemos someter a la luz de la biblia para enderezar lo que este torcido y poder asegurar a
nuestros hijos un hogar seguro para desarrollarse.
¿Cómo trascender a través de los hijos?
Generalmente los hijos son una extensión de sus padres en cuanto a sus talentos y dones, por lo que es importante prepararles el camino con nuestra propia experiencia. Reflexiona sobre tus valores y metas personales. ¿Qué es lo que te apasiona? ¿Qué quieres lograr en la vida? ¿Cuáles son tus valores y principios?
Haz lo mismo con tu pareja. Tómate el tiempo para hablar con tu cónyuge sobre sus sueños, metas y valores. Comparte tus inquietudes y expectativas. Así reforzaran todo el potencial de su matrimonio y de sus hijos.
Identifica en qué áreas necesitan trabajar juntos para fortalecer su relación.
Apasionarse por ser buscadores de Dios, de leer su palabra, solo Dios en su intimidad puede revelarles un propósito común y las instrucciones necesarias para alcanzarlo.
Ser un matrimonio que trasciende y tiene propósito no es fácil, pero es posible. Requiere tiempo, esfuerzo, compromiso y de lograr establecer una conexión profunda y duradera con Dios; pero vale el esfuerzo hacer una diferencia que dure por generaciones”.