En un tiempo de salida junto con mi esposa me puse a observar a las parejas que íbamos encontrando en el camino y me llamaba la atención la cantidad de tiempo que las parejas usan el celular en una cita dando paso a la soledad de dos dentro del matrimonio.
Podría decir que el celular es un compañero celoso exigiendo la atención todo el día con de llamadas, mensajes, redes sociales, música, trabajo, etc. Un ejemplo propio mío, el día a día con el celular es colocarlo en la mesita de noche, cargarlo cerca, andarlo hasta para ir abrir la puerta, usarlo en la cocina para ver una receta, etc. Se han convertido en nuestros constantes compañeros que han venido a cambiar a nuestro compañero conyugal en muchas ocasiones.
Esto provoca un "silencio" que deteriora la relación dando inicio a un distanciamiento que muy pocos perciben y que es muy dañina para el matrimonio. Según estudios usamos el celular 3 horas con 43 minutos cada día sin sumar tiempos en otros dispositivos como televisión, tablets, ets. Gran parte de este tiempo se lo quitamos al matrimonio dando como resultado una desconexión con el cónyuge y a un silencio mortal en el matrimonio.
Pero también no todo esto es malo para un matrimonio. Los teléfonos inteligentes pueden ayudar a las parejas a mantenerse conectadas durante todo el día a través de mensajes, publicaciones divertidas en redes sociales, llamadas o video llamadas, etc. Los mensajes de texto frecuentes y las llamadas telefónicas rápidas ayudan a las parejas a mantenerse al día con los eventos diarios. La comunicación regular con un cónyuge a través de llamadas y mensajes de texto puede incluso hacer que las parejas sean más felices y seguras en su relación.
Aún así, a pesar de todos los beneficios que brindan los teléfonos inteligentes, parece que se han convertido en una creciente fuente de frustración y conflicto matrimonial. El teléfono inteligente se ha convertido en un “mal tercio” en muchos matrimonios, haciendo que los esposos y esposas sientan que están compitiendo con el teléfono de su cónyuge por tiempo y atención.
Matrimonios, ocupamos apagar las pantallas y analizarnos si en algún momento están en soledad o empiezan a sentirse solos estando con su pareja, los invito a que juntos peleen por sacar a ese enemigo de sus vidas., que pongan sobre balanza el tiempo que están conectado versus el tiempo que platican o comparten. Aprovechen los tiempos juntos y empiecen a recordar de lo que hacían cuando eran novios, en sus primeros años de matrimonio, salgan o apártense en otra área de su casa, salgan al jardín a platicar, jueguen con los hijos, siéntense en el patio agarrados de la mano compartiendo una comida, oren, lean la biblia juntos, inviten a otros matrimonios a su casa y conversen pero todo esto dejando de lado al celular.
Es tiempo de desconectarnos de la tecnología para conectarnos con esa persona que juramos amar y proteger toda la vida. Hacer estos pequeños cambios van a liberar a su matrimonio del silencio que hoy están viviendo juntos.